¿Tus hijos han pedido videojuegos a Papá Noel o a los Reyes Magos? ¿Sabes que probablemente cuando lleguen los regalos va a costar desengancharlos de la pantalla? Conocer y compartir sus aficiones digitales, enseñarles a autogestionarse y establecer límites de tiempo de juego son algunas de las medidas que los padres podemos poner en práctica para evitar que los niños pasen las vacaciones enganchados a los videojuegos.
Los menores que pasan más de 240 minutos al día jugando a videojuegos presentan un riesgo de desarrollar adicción mucho más alto que el resto de los niños y niñas, según un estudio llevado a cabo por investigadores de las universidades de Seúl y de Yale. En 2018 la OMS reconoció oficialmente la adicción a videojuegos como un trastorno de salud mental. Ese mismo año, un estudio realizado por investigadores alemanes concluyó que aproximadamente un 2 % de los niños y adolescentes padece este trastorno.
Las fiestas navideñas son un momento clave, ya que los videojuegos y las consolas se sitúan entre los regalos más solicitados en estos días por niños y adolescentes. Y como además están en plenas vacaciones escolares, intentan pasar el máximo de tiempo posible enganchados a los videojuegos. Un dato significativo: en España, los menores pasan 4 horas al día conectados a las pantallas.
Beneficios y perjuicios de los videojuegos
Desde Qustodio, plataforma de seguridad y bienestar digital para familias, explican que los videojuegos pueden ser educativos y ayudar a desarrollar habilidades como:
- la toma de decisiones
- la creatividad
- la organización
- la gestión del estrés
- la tolerancia a la frustración
Sin embargo, su uso desmedido puede causar:
- problemas de sueño
- bajada del rendimiento escolar
- aislamiento
- conductas adictivas
Entonces, ¿qué podemos hacer desde casa para que los niños utilicen los videojuegos de forma moderada y responsable?
Para empezar, hay que considerar la edad como un factor decisivo para indicar el tiempo de uso razonable de los videojuegos. Entre los 9 y los 11 años la exposición debería ser progresiva y siempre bajo el control de los padres.
A partir de los 12 la situación se complica, porque los menores tienen una mayor independencia y autonomía y la supervisión y el acompañamiento se vuelven más complejos. Seleccionar videojuegos apropiados, variados y limitar el tiempo de uso es la clave.
Consejos para evitar que estén todo el día enganchados a los videojuegos
Para evitar no solo que tus hijos pasen las vacaciones enganchados a los videojuegos, sino que además desarrollen una adicción, los expertos de Qustodio recomiendan establecer una serie de pautas para prevenir este problema en niños y adolescentes:
- Conocer y compartir. Uno de los errores más comunes de los padres es el de desdeñar las aficiones digitales de sus hijos sin tomarse la molestia de conocerlas. Hablar con ellos sobre sus videojuegos favoritos y dedicar tiempo a jugar juntos es una experiencia satisfactoria que fortalece los vínculos familiares y que dota a los padres de cierta autoridad moral para opinar sobre este campo.
- Enseñar a autogestionarse. A lo largo del día hay tiempo para todo, es una de las mejores enseñanzas que los padres pueden transmitir a sus hijos. Mostrarles cómo administrar su propio tiempo dividiéndolo entre el estudio, el deporte, los videojuegos y el ocio no digital les ayudará a tener una vida más enriquecedora y equilibrada.
- Fijar límites de tiempo. Los juegos están concebidos para superar continuos retos, por eso a los menores les cuesta trabajo decidir cuando es el momento de parar. Lo más recomendable es concretar el tiempo máximo de juego antes de comenzar y programar alguna alerta que avise cuando se haya consumido.
- Ofrecer alternativas. Proponerles opciones de ocio offline que les motiven es una excelente manera de mantenerles alejados de las pantallas. ¿Qué tal algo tan original como enseñarles a usar una impresora 3D? Si, además, el plan implica alguna actividad física, esto contribuirá a reducir el estrés, mejorar sus hábitos de descanso y evitar malas posturas.
- Promover la lectura. Al aficionarse a la lectura los niños y adolescentes descubren una forma de entretenimiento individual alternativa a los videojuegos. No importa si se trata de relatos, novelas gráficas o cómics manga, lo importante es que disfruten leyendo.
- ¿Dónde usar las pantallas? Mantener la videoconsola fuera de la habitación del menor y utilizarla exclusivamente en las zonas comunes de la casa evitará que se autoaisle, facilitará el control de los tiempos de uso y mejorará su descanso.
- Predicar con el ejemplo. Los padres son los primeros que deben dar buen ejemplo, administrando correctamente su tiempo y evitando el uso continuo de los dispositivos electrónicos. De nada sirve decirle al niño que apague la videoconsola si sus padres no despegan los ojos del móvil.
Para Eduardo Cruz, CEO y cofundador de Qustodio, “la adicción a los videojuegos puede llegar a ser un grave problema para los menores, que puede acabar perjudicando su calidad de vida. Las Navidades son una época ideal para que los padres compartan tiempo con sus hijos y les ayuden a sentar las bases de un uso saludable de los videojuegos”.