Divorcio después de las vacaciones

En España, el 28 % de los divorcios tienen lugar durante el tercer trimestre del año, es decir, en los meses de julio, agosto y, en especial, septiembre. También se observan repuntes al finalizar las vacaciones de Navidad y Semana Santa. Es el clásico divorcio después de las vacaciones.

En 2021 el número de disoluciones matrimoniales ascendió en nuestro país hasta los 90.582, con una media de 248 separaciones diarias. De estas disoluciones, 86.851 fueron divorcios, un 12,5 % más que en el año anterior. Murcia, Cataluña y Comunidad Valenciana lideraron el ranking con una tasa de 2,1 nulidades, separaciones o divorcios por cada 1.000 habitantes, seguidos por Andalucía, Baleares y Canarias, con un 2,0.

Muchos de estos divorcios tienen lugar después de haber vuelto de las vacaciones con nuestra pareja. ¿Por qué, si por fin tenemos todo el tiempo del mundo para estar con él o ella, si estamos felices porque por fin han llegado las vacaciones y podemos dedicar el tiempo a lo que queramos, pasa esto justo ahora?

Divorcio después de las vacaciones

Por qué nos divorciamos más tras las vacaciones

Las vacaciones no siempre son sinónimo de paz, tranquilidad, descanso y diversión. En ocasiones, y sobre todo si ya existe algún tipo de conflicto matrimonial de base, las vacaciones en familia pueden resultar estresantes y conflictivas.

¿Por qué sucede esto justamente después de las vacaciones? A lo largo del año laboral, la rutina nos marca el ritmo del día a día. Si aparece algún conflicto con la pareja, puede que decidamos no darle demasiada importancia o directamente pasarlo por alto. No tenemos ni tiempo, ni ganas, ni energía para entrar en una discusión. Y quizás cuando llega el fin de semana parece que el problema ya se ha solucionado por sí solo, y además tenemos también la rutina del fin de semana, que nos sigue marcando el camino.

Todo esto no pasa durante las vacaciones, en las que somos más dueños de nuestro propio tiempo y, además, estamos descansados y dispuestos a emprender las discusiones que consideremos necesarias. En estas semanas vuelven a aparecer todos aquellos problemas que a lo largo del año hemos ido evitando o escondiendo. No es que surjan en estos días, es que ya estaban ahí.

¿Y cuáles pueden ser estos problemas que causan el divorcio después de las vacaciones? La lista es larga.

La convivencia y el tiempo libre

Dos factores que, aliados, se convierten en una auténtica prueba de fuego en vacaciones. En vacaciones las parejas acostumbran a estar 24 horas al día juntos, 7 días a la semana. Juntos en el tiempo de ocio, juntos en las tareas domésticas, juntos en los momentos de aburrimiento… ¿Cómo no van a aparecer roces y a haber discusiones? Cuando pasamos mucho tiempo con alguien, esto es inevitable. La cuestión es si se quedan en eso, simples roces que se solucionan en el mismo momento en que aparecen, o se convierten en bombas de relojería que hacen aflorar lo que habíamos intentado ignorar meses atrás.

Si, como ha sido el caso de este verano con las altas temperaturas, hay elementos externos que agravan el malestar -por ejemplo, no poder dormir bien por las noches-, el drama está servido.

Problemas con la familia de la pareja

En verano muchas familias pasan más tiempo con familiares de su pareja. Si no te entiendes con los cuñados, con los suegros o con los sobrinos, los problemas van a aparecer con toda seguridad. Y si tu pareja se pone más de su lado que del tuyo… sujetémonos fuerte.

Las decepciones

Si los problemas venían de lejos y habéis esperado que las vacaciones sean un bálsamo en el que todo desaparezca, ¡error! Llegará septiembre y empezaréis a buscar abogados. Nuestras expectativas hacia nuestra pareja y hacia la relación quizás no eran realistas. La actitud de él o ella no mejora por el simple hecho de estar de vacaciones. Los problemas no desaparecen por estar en la playa o por tener más tiempo libre. Y cuando las expectativas no se cumplen, llega la decepción.

El síndrome postvacacional

No solo no se han solucionado los problemas, sino que además hay que volver al trabajo y a la rutina. Si en la familia hay niños, hay que preparar además la vuelta al cole. La depresión, el mal humor, el cansancio de esos días pueden convertirse en la chispa que faltaba para hacer explotar la situación y tomar la decisión de romper la relación.

Cómo evitar el divorcio después de las vacaciones

Si en vuestra relación habéis superado este verano con buena nota, o si quizá os habéis librado por poco del divorcio después de las vacaciones, estos consejos os puedan ayudar para la próxima vez:

  • No dejes para las vacaciones lo que puedas solucionar durante el año: es mejor tratar los problemas en el momento en el que aparecen. No esperes unos meses, ni unas semanas, ni unos días. No dejes que se acumulen y se enquisten.
  • Intenta que la comunicación siempre sea respetuosa: aunque estéis abordando un problema grave, mantener la calma y respetar al otro en todo momento es una inversión segura en la salud de la relación. Di todo lo que necesites decir, pero también deja hablar al otro y, sobre todo, escúchale e intenta ponerte en su lugar y comprender sus motivos.
  • Si tenéis hijos, reservaros unos días de las vacaciones solo para la pareja. La educación de los niños es una fuente más de conflictos en una pareja, y dos o tres días sin ellos nos servirán para descansar de esa otra rutina que es el cuidado de los pequeños y para centrarnos en la pareja.
  • Al planear las vacaciones, ten en cuenta los gustos y peticiones de tu pareja, tomad las decisiones de común acuerdo y buscad un destino o una actividad que vayáis a disfrutar los dos. Que las vacaciones no sean una fuente más de conflicto.
  • Resérvate tu tiempo para ti, un rato cada día para hacer algo que sea solo tuyo o para quedar con otras personas.