Es verano, la temperatura es alta, te mueres de ganas de empezar las vacaciones… pero todavía no ha llegado el momento, así que tienes que seguir en casa unos días más. Te explicamos cómo puedes soportar una ola de calor y seguir con tus rutinas diarias si uno de estos días tienes que sufrir esta incómoda situación.
¿Qué es una ola de calor?
Una ola de calor se define como clima muy caluroso durante el día y la noche durante al menos 3 días consecutivos. El período propicio para que llegue una ola de calor se da generalmente desde junio hasta finales de agosto, pero excepcionalmente puede producirse fuera de este período.
Cuanto más largos sean los días, mayor será el riesgo de que se produzca una ola de calor: lógicamente, cuando las horas con sol predominan, se reduce el intervalo de tiempo en el que la temperatura puede bajar.
Para determinar si hay o no ola de calor se tiene en cuenta la cantidad de población, que es mayor en las ciudades, y la urbanización de los núcleos urbanos, que eleva las temperaturas. En consecuencia, los umbrales de las olas de calor son más bajos en las ciudades que en las zonas menos pobladas y urbanizadas.
Hemos de tener en cuenta, además, la diferencia entre las temperaturas previstas y la temperatura sentida, que modifica nuestra experiencia durante una ola de calor. Para determinar la temperatura sentida, se tienen en cuenta la temperatura del aire y la velocidad del viento y varía en función de la persona y de las condiciones de vida (cansancio, ropa utilizada, actividad, etc.), así como de las condiciones atmosféricas (viento, lluvia, etc.).
¿Qué es el Plan Ola de Calor?
El Plan Nacional de Olas de Calor es activado cada año por el Gobierno y abarca el período comprendido entre el 1 de junio y el 15 de septiembre. Este plan define 4 niveles de alerta en función de las condiciones meteorológicas. Para cada nivel de alerta, se asocian acciones y medidas para prevenir y limitar los efectos sobre la salud de las altas temperaturas y para proteger a las personas más vulnerables (personas mayores, niños, bebés, personas con discapacidad, mujeres embarazadas, etc.) y a las personas más expuestas al calor que corren un riesgo especial.
Se suelen activar los umbrales de alerta y se clasifican en 4 categorías:
- Vigilancia verde (vigilancia estacional): cubre el verano del 1 de junio al 15 de septiembre y puede extenderse si las condiciones lo requieren.
- Vigilancia amarilla (alerta de calor): la vigilancia se refuerza en caso de pico de calor (1 o 2 días), y cuando los indicadores están cerca de los umbrales con previsiones al alza para los días siguientes o no. Se utiliza para preparar a la población ante una posible subida de temperaturas comunicando protección.
- Vigilancia naranja (alerta por ola de calor): es activada según las condiciones locales (contaminación) y de los indicadores de salud. Los implicados en el plan de olas de calor adoptan las medidas definidas especialmente dirigidas a las personas mayores, discapacitadas y aisladas.
- Alerta roja (máxima movilización): se trata de una ola de calor intensa y prolongada que perturba el funcionamiento de los servicios públicos saturados (agua, electricidad, hospitales, etc.), el cese de actividades o la reorganización de los horarios de trabajo, y daños al medio ambiente (sequía, incendios, etc.).
¿Cómo soportar una ola de calor y qué riesgos implica?
La ola de calor requiere vigilancia. Cuando el cuerpo ya no regula la temperatura interna y esta aumenta, aparecen muchos síntomas, por ejemplo:
- Comportamiento inusual, debilidad muscular y mayor dificultad para moverse
- Calambres, dolores de cabeza, mareos o incluso convulsiones
- Pérdida de apetito
- Náuseas, vómitos o diarrea
- Inquietud nocturna, insomnio
- Temperatura corporal superior a 38,5°C
Es importante adoptar buenos hábitos para poder soportar una ola de calor en casa. Estos son algunos consejos y recomendaciones, de la mano de la revista Bienestar:
- Beber agua regularmente sin esperar tener sed
- Evitar las bebidas azucaradas, el café y el alcohol
- Descansar en un lugar fresco. En este artículo te damos algunos trucos para dormir mejor en verano.
- Evitar esfuerzos físicos y las salidas durante horas muy calurosas
- Mantener el cuerpo húmedo
- Ventilar el cuerpo
- Ventilar la vivienda en las horas más frescas y cerrar las persianas en las horas más calurosas
- Cocinar comidas ligeras, en cantidad suficiente, y disfrutar de alimentos ricos en agua como: melón, calabacín, tomates, frutas y verduras frescas, sopas y zumos fríos, etc.
- Durante las olas de calor, es importante usar ropa clara y holgada y pasar algunas horas en un lugar fresco.
- Descansar durante las horas más calurosas y tener a mano bolsas de hielo o atomizadores con agua para aliviar el calor constante.
Por último, es muy importante que las personas mayores, las más vulnerables, estén bien atendidas para que puedan soportar una ola de calor cuando llega. Y si tienes animales en casa, también debes pensar en ellos: lee estos consejos para proteger a tu mascota del calor.